Lo firma Diego González, cuyo nombre sonó en este mercado de pases para incorporarse al equipo de Zubeldía. “Soy respetuoso. No sé en qué momento, pero seguro volvería al club donde pasé 20 años de mi vida”, admite el Pulpito en diálogo con Momento Granate.
El nombre de Diego González, en la lista de prescindibles de Beccacece en Racing cuando comenzó el mercado de pases, fue uno de los pocos que sonó para reforzar Lanús. Sin embargo, la difícil situación económica que provocó la pandemia del Covid-19, no permitieron avanzar en una negociación. Por ahora, su vuelta al Granate tendrá que esperar un poco más.
“Obvio que volvería a Lanús. Pero soy respetuoso. Ahora estoy en Racing, me debo totalmente al club y dejo lo mejor. No sé en qué momento, pero seguro que volvería al club donde pase 20 años de mi vida”, aseguró el Pulpito en diálogo con Momento Granate en un vivo de Instagram.
Sin actividad hace casi un año, cuando sufrió la rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda, el volante aprovechó el parate por coronavirus para completar la rehabilitación de su lesión. “Ya estoy al 100% para comenzar. Estoy contento de volver a entrenar, la cuarentena me sirvió para recuperarme. Falta lo lindo que es jugar, pero trato de manejar las cosas con calma”, sostuvo.
En otro tramo de la charla, González recordó el título del Apertura 2007 con el equipo de Ramón Cabrero. “El grupo humano de Lanús del 2007 era espectacular. Pelletieri me pasaba a buscar por la puerta de mi casa y me traía al club. Son cosas que te marcan. Aunque peleaba un puesto con él, me daba palabras para progresar”, reconoció. Y añadió: “Cuando Ramón me aviso que iba a concentrar con Primera, tenía unos botines que si pateaba una pelota más, se rompían. Mi mamá salió para la casa de deportes que estaba en frente de la Sede y me trajo un par nuevo”.
Su situación con Gabriel Schurrer: “Cuando agarró Chucho, me dijo que quería que me quede, pero que era el quinto número cinco. Que si la quería pelear, entre al vestuario y no salga más. Me quedé y terminé jugando”.
Su situación con Guillermo Barros Schelotto: “Cuando agarraron los Mellizos, supuestamente me iba a otro club. No me tenían en cuenta. En la pretemporada todos jugaban y yo trotaba. Valdecantos fue mi psicólogo y me ayudó. De a poco me gané un lugar. En un partido entré desde el banco y me tocó convertir. Lo fui a abrazar al Profe y le dije ‘todo esto es tuyo’. A partir de ahí me gané la confianza y empecé a jugar”.
Una anécdota de la Copa Sudamericana 2013: “Antes de la final, le dije a Valdecantos que me dolía y quería hacerme un estudio. Me dijo que él me preparó para la gloria y que tenía que jugar esa final. Estuve en duda pero jugué”.