No da pelea

Lanús jugó mal, no pudo con el último del campeonato y quedó lejos de la punta. Sí, el equipo de Zubeldía volvió a perder y sigue en caída libre. Fue 1 a 0, en Sarandí y ante un Arsenal que no ganaba hacía 9 partidos y acumulaba 602 minutos sin marcar goles. Bruno Sepúlveda, tras un grosero error de Lucas Acosta, marcó el único tanto del partido en el inicio del segundo tiempo.

Qué lejos quedó el triunfo heroico en Avellaneda, ante Independiente y con un hombre menos. Era una señal de que este equipo quería pelear enserio por el campeonato. Por las ganas, el compromiso, y la personalidad para no bajar los brazos a pesar de las adversidades.

Sin embargo, dos fechas después, el panorama es totalmente diferente. Insólito. Tras caer ante Newell’s en La Fortaleza, Lanús no estuvo a la altura en Sarandí. Y jugó mal, muy mal. A tal punto que hasta el gol contrario fue por un error propio. Por eso perdió. No tuvo reacción ni amor propio para dar vuelta la página ante el último del campeonato. Y ahora, la punta, quedó lejísimo ya que Talleres le sacó seis de ventaja. Más allá de eso, lo que más preocupa es el nivel que se vio en el Viaducto. El resto llega solo.

Era un partido para volver a tomar vuelo. Porque más allá de las ganas de Arsenal, de correr y presionar, pasado el cuarto de hora, quedó demostrado que el local por algo estaba en la última ubicación del torneo. Sin ideas, poca elaboración de juego, y sin grandes nombres que pudieran darle claridad, los de Damonte sólo podían pelear por medio de la garra. Y Lanús se dejó llevar por eso, nunca le encontró la vuelta y regaló 45 minutos, con apenas un tirito de López de 30 metros. El resto, de lo peor que se vio en el campeonato. Preocupante nivel, tanto colectivo como individual. De fútbol, esa primera parte, no tuvo nada.

Y tan malo fue el partido, o la propuesta de ambos, que hasta el gol fue amateur. Lucas Acosta se confió por demás, paró mal la pelota el pase de Burdisso y el resto es cantado. Mazzola tocó al medio, y Sepúlveda la mandó a guardar. Así, Arsenal cortó una racha de 602 minutos sin marcar. Increíble. Recién iban tres minutos, y podía haber respuesta, algo de rebeldía o muestra de carácter. Pero jamás sucedió.

Salvo en la recta final, con algo de Pepo de la Vega y Esquivel, las chances aparecieron. Pero no alcanzó, ya era tarde. Ni cerca estuvo de ser el Lanús que se imaginaba. O el que quiere dar pelea, claro. Cuando un técnico realiza cuatro variantes juntas, no hay mucho más que agregar. Lanús no estuvo a la altura. Y la derrota es su mejor castigo.

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