Miguelito y Gilmar, al frente

Almirón y Villagrán fueron seleccionados por los hinchas como los mejores extranjeros de la historia de Lanús. En una votación mano a mano, el paraguayo se impuso con el 66%, sacando ventaja por el público joven de las redes sociales, aunque el uruguayo tuvo muchos comentarios de apoyo que realzaron su 34%.

En una nueva Trivia Granate para pasar el tiempo durante el aislamiento obligatorio decretado por el Gobierno de la Nación, FG publicó una doble encuesta inicial en Twitter (@fortalezagrana) que apuntó a determinar quién fue el mejor jugador extranjero de la historia de Lanús.

Divididos en dos tandas con un total de ocho candidatos previamente seleccionados, Miguel Almirón arrasó con el 89% sobre 715 votos, en un cuarteto integrado por su compatriota Víctor Ayala (4%), Alejandro Silva (4%) y Mario Regueiro (3%).

Por su parte, Gilmar Gilberto Villagrán se impuso con el 52% en una elección más peleada junto a Ramón Cabrero (28%), Gustavo Gómez (15%) y Mauro Camoranesi (5%), el argentino nacionalizado italiano que se consagró Campeón del Mundo con la Azzurra en 2006.

De esta manera, dos grandes ídolos -uno más contempóraneo que el otro- llegaron a la definición en un mano a mano que alcanzó los 750 votos y tuvo como ganador al paraguayo de 24 años (66%), dos veces campeón en 2016 y figura del equipazo de Jorge Almirón, que justifica su primer puesto por la franja etaria joven que prevalece en las redes sociales.

Miguelito Almirón llegó de la mano de Guillermo Barros Schelotto en 2015 y jugó un total de 45 partidos con la camiseta del Grana. Convirtió apenas cuatro goles, uno de ellos en el recordado 4-0 a San Lorenzo en la final por el título en el estadio Monumental. Además fue decisivo con el jugadón que armó en la hora ante Racing para el gol agónico de Brian Montenegro en la obtención de la Copa del Bicentenario.

Por su parte, el delantero uruguayo –tercer máximo goleador de todos los tiempos de Lanús con 112 tantos entre 1984 y 1992– no sólo obtuvo el 34% de los votos, sino también el reconocimiento del público más adulto, que disfrutó de su enorme pegada, los goles importantes en tiempos difíciles y aquel inolvidable cuarto penal en cancha de Quilmes para el ascenso de 1990. Así lo reflejaron en distintos comentarios:

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