La llave estaba en el banco

Los ingresos de Orozco y Esquivel le cambiaron la cara y el ritmo a un Lanús sin juego ni sorpresa, para remontar una historia que venía torcida ante Atlético Tucumán. ¿Merecen un lugar en el once inicial? Tarea para la semana, Luis.

Corrían 17 minutos del segundo tiempo. Lanús perdía ante Atlético Tucumán y no le encontraba la vuelta a un partido que venía torcido. Momento clave del juego. Doble cambio de la mano de Zubeldia, que tenía la llave en el banco.

Ingresaron Franco Orozco y Matías Esquivel, en reemplazo de Toto Belmonte y Pedro de la Vega, para cambiarle la cara a un equipo apagado y previsible. Los pibes le imprimieron otra dinámica y claridad a la generación de fútbol, casi nula hasta ese entonces.

Una decena de minutos le bastaron al Lauchita para generar la jugada del penal que derivó en el gol del empate de Sand. El 21 recibió abierto por izquierda, enganchó hacia dentro y forzó la falta del Bicho Aguirre en el vértice del área, justo en el límite. Dóvalo cobró y Pepe facturó. Una bocanada de aire fresco para el Grana.

Más allá del dominio territorial y de pelota, parecía que la historia terminaba igualada. Hasta que apareció el héroe de la noche. El Chino ya sabía qué iba a hacer cuando recibió el pase atrás del Laucha Acosta, a los 44 del complemento: control, perfil para la pierna zurda y una pegada exquisita para ponerla lejos del alcance de Luchetti. Una obra maestra para un triunfo con valor agregado.

El aporte decisivo de los dos juveniles abre el debate: ¿Merecen una chance en el once inicial después de esta actuación? Orozco mostró cosas interesantes cada vez que ingresó, más una altísima cuota goleadora; Esquivel posee carecterísticas distintivas que no abundan en el plantel. Tarea para la semana, Luis.

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